martes, 13 de noviembre de 2012

ES DURO DESPEDIRNOS

DESPEDIDA


Me es muy difícil iniciar. La decisión que he tomado de redactar esta
carta es trascendental en mi vida. De hecho no recuerdo haber
intentado redactar una carta semejante. 

Más que referirme al carácter formal que debe revestir, sé que debo reunir el valor suficiente
para atreverme a dar por terminada una relación por demás íntima, de
mucho tiempo. Hablamos de más de 40 años de estar acompañado de
quien ahora debo abandonar necesariamente.

La separación definitiva que he resuelto llevar a cabo hoy, sin posibilidad
alguna de postergación, no es producto del arrebato ni de mi volubilidad de
carácter. Se debe, por el contrario, a un acto verdaderamente consciente,
como pocos, de que es lo mejor que puedo hacer y que será una de las muy
escasas decisiones de calidad que haya podido tomar en mi vida.

Desde este momento, sé que no será nada fácil vivir sin ti. Cuando
menos en el tiempo inmediato. Pero confío plenamente en que el tiempo
me curará de tu falta de presencia.

Y cómo no voy a padecer tu ausencia definitiva, si juntos hemos corrido
la vida. Si siempre has estado conmigo en todos los acontecimientos. 

No tan sólo en aquellos catalogados por mi hiperegolatría como especiales y
únicos, que ha registrado mi mente como fechas históricas en mi almanaque
personalismo, sino hasta aquellos, los más básicos, rutinarios y repetitivos.
Para decirlo de mejor manera, cómo no voy a extrañar tu compañía si en las buenas y en
las malas siempre estuvimos juntos.

Así, amigo mío, debo decirte que no te guardo ningún rencor. Gracias
por no haberme hecho daños irremediables. 

Pero debes saber, con honestidad te lo digo, que nuestra relación, tan intensa, se convirtió
en una relación enfermiza, tan dependiente, que me hice tu esclavo.

Prácticamente no podía hacer nada sin ti. A partir de ahora he decidido
enfrentarme sin ti a todos los momentos que me brinda la hermosa vida.
Y estoy completamente dispuesto a superarlos con la valiosa ayuda de
mi verdadero amigo, el que buscaré en todo momento. 

Estoy seguro que siempre estará a mi lado y que no permitirá que te vuelva a buscar.
Pondré todo de mi parte para lograr mi completa felicidad sin ti.

No debes confiarte creyendo que éste es un intento más de abandonarte,
como en muchos otros, que al poco tiempo regresaba a ti irremediablemente.

Con un gran remordimiento y sentimiento de culpa por mi falta de
palabra reconocí, en los últimos tiempos, que era imposible vivir sin ti,
pero ahora créelo, es diferente y va muy en serio. 

Aunque por momentos sienta enloquecer por necesidad de tu compañía, puedes estar cierto que
encontraré quien me tienda la mano en estos momentos difíciles y estoy
seguro que los superaré. 

También estoy convencido de que conforme pase el tiempo menos te extrañaré. Es más, llegará el día en que ni me acuerde para nada de ti y si te viera cerca de mí, ten la seguridad de que no
me moverás emocionalmente y tan pronto te ofrezcas, de inmediato te
rechazaré tajantemente. 

Esto es, que si te veo ni te conozco. Sin rencores te pido humildemente que nos despidamos en los mejores términos, agradeciéndote de todo corazón que nunca más vuelvas a
buscarme para estar conmigo. Adiós para siempre


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